El último martes de mayo del 2004 la sección Economía & Negocios de El Comercio estrenó Ejecutivas, página semanal de entrevistas a mujeres que destacan en el mundo empresarial y corporativo. En el medio no existía un espacio similar. Siendo el Perú un país machista, clasista y racista, aún no lo queríamos ver. Las ejecutivas peruanas, sin embargo, ya trabajaban en el empoderamiento de más colegas; y fueron ellas las primeras en valorar este nuevo espacio. Inés Temple y Toti Graham, por ejemplo. Graham le sugirió a Orjeda crearle un correo electrónico a esta página, y comenzó a recibir el feedback de sus lectores. Una de ellas, el 2006, le contó que guardaba algunas entrevistas con la ilusión de que algún día fueran leídas por su hija de seis meses de nacida. ¡Ese fue el detonante! En el acto decidió seleccionar las 30 más útiles; y vaya que lo fueron, pues hubo psicólogos y psiquiatras que recomendaban el libro a personas con cuadros de depresión.

El día de la presentación ocurrió algo inesperado: las Mujeres Batalla, no contentas con conocerse, decidieron seguir viéndose. No pararon hasta crear la Asociación Mujeres Batalla (Amuba). ¿Su objetivo? Replicar su ejemplo en mujeres de escasos recursos.

Nada de esto había sido previsto por el autor. Su intención era poner 30 casos inspiradores al alcance de quien los pudiera necesitar. El libro se agotó y permaneció así hasta que -el 2018- la editorial Panamericana publicó una nueva versión; esta vez con entrevistas tomadas de la revista que Orjeda dirigió entre el 2012 y el 2014.

Entonces vio -por fin- cristalizarse la idea que desde el primer momento -el 2007- tenía para la portada del libro: una niña en pose desafiante. Una niña con la blanquirroja, semilla que crecerá y será una Mujer Batalla.